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La familia Michel ha vivido del cultivo de la vid y de la elaboración de vino desde 1850 y las 25 hectáreas de su viñedo están en laderas resaltadas en el siglo XI por los monjes cistercienses, en pleno corazón del Chablis original. Sus viñas, formadas principalmente por guijarros de piedra caliza encerrados en una textura de arcilla y todas a menos de 2 km de las bodegas, permiten un rápido trasiego de las uvas, reduciendo drásticamente la manipulación de las mismas. Poseen 2 hectáreas en 3 Grands Crus, 14´3 hectáreas en 6 Premiers Crus, 6´3 hectáreas de Chablis y el resto en Petit-
La agricultura sostenible y razonable está en el punto de mira de los Michel, con gran atención a la madurez de las uvas, para conseguir cosechas óptimas de menos de 150.000 botellas. Una de las características más llamativas de esta bodega es que abandonó la madera y los barriles hace cuarenta años para usar tanques de acero inoxidable para obtener vinos limpios y precisos. La finca incluso se ha convertido en una referencia en términos de este tipo de elaboración en la zona, ya que los vinos se tocan lo menos posible durante el proceso de elaboración "porque debemos ayudar a la naturaleza sin molestarla".