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Olite es la capital navarra del vino, antigua sede del viejo Reino, y en Bodegas Ochoa reflejan a la perfección esta tierra de fuerte personalidad. El vino es un miembro más de su familia; no en vano, son una Bodega familiar en la que desde hace más de 160 años intentan transmitir al vino su trabajo diario y dedicación.
Convencidos de que la calidad nace en la viña, en Bodegas Ochoa únicamente trabajan con las uvas que proceden de sus propias cepas, plantadas, podadas y vendimiadas por ellos mismos. Conocen perfectamente su materia prima, a la que tratan con extraordinaria delicadeza para mantener la calidad desde el principio. Cuentan con 143 hectáreas de viñedo propio, en el que sus cepas más antiguas se ubican en la Finca Montijo junto a la bodega de Olite, aunque la mayor parte de sus viñas crecen en la Finca El Bosque del enclave natural de Traibuenas. Dichos viñedos proceden de las antiguas cepas de sus antepasados, por lo que han seleccionado las mejores cepas para multiplicar su material vegetal. Respetan el viñedo al máximo, sin romper el equilibrio natural, pero siempre aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías. Así, han apostado por desarrollar programas de investigación (la conocida I+D) para aportar a sus productos la fusión idónea entre tradición y modernidad y crear así vinos innovadores.
Obtener la mejor uva para hacer grandes vinos. Éste es el objetivo, el compromiso de Bodegas Ochoa:
la calidad, cuidando sus productos de manera personalizada, desde la tierra hasta la botella.