Un ‘banzao’ es, en el habla local de la zona de San Pedro de Olleros (León), una pequeña presa que permite elevar el nivel del agua y derivarla a un canal de riego. Son estructuras construidas mayormente con maderas y rocas, con tendencia a desaparecer con las crecidas del otoño, por lo que representan a la perfección el ciclo de la vid.
Y precisamente ése es el nombre escogido por la enóloga Silvia Marrao para su magnífico proyecto de recuperar, desde el 2017, viñedos de 70-80 años en el Valle del río Ancares, en la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses. Este enorme trabajo de recuperación (tiene 3 hectáreas repartidas entre 18 parcelas, con distintas orientaciones, altitudes, tipos de suelo y peculiaridades en 8 parajes diferentes de la villa), con un sistema de cultivo tradicional (en vaso y a tresbolillo) y una elaboración que permite que los vinos expresen su singularidad gracias a una mínima intervención, es una apuesta por poner en valor y evitar la desaparición del viñedo de esta zona a casi 750 m. de altitud alejada de los tradicionales focos de elaboración del vino del Bierzo. El resultado son vinos con alma propia, arraigados al terruño y con rasgos diferenciadores que los desmarcan de los habituales ‘Bierzo’ que podemos encontrarnos en el mercado.